La primavera pasada, tuve que ir a mi ciudad natal de Portland en
los Estados Unidos por una semana. Cuando regresé a Guadalajara, todas
las escuelas estaban cerrando para proteger a los alumnos, maestros y personal ante COVID-19.

Sabía que podríamos obtener las clases en línea de alguna manera, pero
me preocupaba la calidad de las lecciones. Temía que las clases en línea
implicarán mucho tiempo de conversación del maestro con poca aportación
de los alumnos. Sabía que había actividades que serían difíciles o
imposibles de hacer en línea. Sin embargo, nuestros maestros
compartieron muchas ideas y nuestros supervisores nos animaron a
explorar el Internet para obtener más ideas de actividades que pudieran
motivar a nuestros alumnos.

Al hacer esto, aprendí que había juegos que podíamos jugar en línea con
alumnos y canciones que podíamos cantar juntos. Siempre me trae una
sonrisa a la cara cuando escucho las voces emocionadas de los alumnos
que participan en juegos, como aquella en la que encuentran cosas de
cierta forma o color en su casa. Y escuchar sus voces felices mientras
cantaban era precioso.

Otra actividad que a mis alumnos les encantó fue ver historias de vídeo en
línea que presenté en relación con sus objetivos de aprendizaje. Esto fue
entretenido para ellos y les ayudó con sus habilidades para escuchar
mientras escuchaban la voz de otro hablante además de la mía. En cuanto
a las pruebas en línea, el juego llamado Kahoot fue un gran éxito entre mis
alumnos de tercer y quinto grado.

El dibujo fue probablemente la actividad artística más frecuente. Mis
alumnos dibujaron y colorearon dibujos en clase casi todos los días como
parte del trabajo de clase. Otra actividad artística muy popular entre mis
alumnos fue el origami.
Al final, me sorprendió la diversidad de actividades en mis lecciones.

Maestro titular de 2o de primaria
Mr. Russell Pickett
17 años de experiencia en educación Primaria y Secundaria.