A lo largo de mi experiencia en la etapa de educación infantil, considero de suma importancia crear un ambiente de amor, conexión y respeto entre mis alumnos y yo como su maestra, siendo parte fundamental para el desarrollo de habilidades, seguridad y confianza.

Siempre tomo en cuenta que para los niños el mundo de la educación es nuevo y están por descubrir lo fascinante que es asistir a la escuela, jugar y a su vez aprender acompañados de una maestra y compañeros que los quieran, respeten y acepten como individuos únicos.

En esta etapa, con base en mi experiencia diaria, el que cada niño sea reconocido y aceptado es parte fundamental de la etapa del desarrollo en que se encuentran, por este motivo es de gran importancia mi labor con los pequeños, crear con cada alumno un vínculo que trascienda es vital, por eso, soy una maestra sensible que responde a todas sus necesidades físicas y emocionales fomentando una relación de confianza y seguridad, me considero responsable de dar estructura al nuevo mundo que el alumno encuentra en su camino a la educación. Este acompañamiento permitirá que cada niño adquiera mayor confianza y cada uno reconozca lo que son capaces de hacer.

Educar con amor y paciencia es parte de mi práctica diaria porque enseñar es mucho más que favorecer el aprendizaje de conocimientos.

Paulo Freire, experto en temas de educación, menciona lo inimaginable que puede llegar a representar en la vida de un alumno un simple gesto del profesor. Describe a un gesto aparentemente insignificante como fuerza formadora o como contribución a la formación del educando mismo.

Basando la práctica docente en una enseñanza estrictamente humana, debemos hacer que los niños disfruten y vivan esta etapa como una de las mejores experiencias que tuvieron y esto llegue a influir cuando sean adultos de una manera positiva en sus vidas.

La etapa preescolar es mejor cuando se basa en la afectividad, alegría, paciencia, empatía, amor; por eso considero que entre más sensible sea con mis pequeños alumnos, su aprendizaje para la vida será muy significativo, ayudando a que su autoestima se eleve y tengan una actitud positiva; de esta manera disfrutarán el asistir a la escuela.

“La afectividad no está excluida de la cognoscibilidad”. (Freire, 1998).

Maestra titular de español 1° de Preescolar
Licenciada en Educación Preescolar Luz Judith Robles Díaz.
8 años de experiencia en Educación Inicial y Preescolar