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Blog Erikson School
CATEGORÍA / educación
11 marzo, 2022
Mi nombre es Aurora Cornejo Cornejo, tengo 35 años de ejercer esta hermosa profesión.
Hoy les quisiera platicar sobre: “LA ESCRITURA”
En la escritura se unen dos aspectos, el perceptivo – motor (la escritura se realiza mediante el desplazamiento del brazo y de la mano en un espacio y con una dirección) y el lingüístico. (Ya que las palabras escritas transmiten el lenguaje).
La lectura y escritura son dos aspectos de un mismo proceso. Por eso es conveniente que exista cierta similitud en la enseñanza de ambas. Sin embargo, en una metodología de aprendizajes tempranos, es imposible una sincronización total, ya que la madurez neurológica del niño le hace posible leer antes de lo esperado, proporcionar actividades paralelas, de modo que el niño reproduce gráficamente aquello que está leyendo.
La etapa del garabateo, suele desarrollarse entre un año y medio y tres años. Esta fase de ejercitación visomotora, es importante para abordar con éxito las fases posteriores del aprendizaje de la escritura, es importante, ofrecer ocasiones de reforzar esta etapa previa en los primeros meses de escolarización, en el segundo ciclo de la escuela infantil.
Hacia los tres años, el niño es capaz de verbalizar el grafismo que ha realizado. En este momento es cuando el niño puede trazar círculos cerrados, cuadrados, rectángulos, espirales, trazos rectos etc. Aunque aún no sepa algunas letras aisladas. Entre los cuatro y cinco años, va consiguiendo progresivamente alinearlas en el espacio gráfico de la dirección izquierda – derecha. Pronto consigue darle sentido y comprende que las letras tienen nombres y una pronunciación. También es capaz de localizarlas en la palabra hablada y escrita.
Es importante señalar, que las funciones motrices que intervienen en la escritura tienen un proceso madurativo lento, así que, el desarrollo de la lateralidad corporal, alcanza un nivel suficiente entre los seis y los siete años, por lo que los aprendizajes desarrollados en educación infantil (aunque la mayoría de los niños lleguen a escribir sin problemas), deben considerarse más bien las pre- escrituras; con otras palabras, interesa prolongar el trabajo de aprendizaje de la escritura hasta los ocho años, para asegurar de este modo, que la totalidad de los alumnos encuentran las ocasiones y el apoyo necesario para escribir bien.